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Como cada verano al finalizar las clases comienza la época que los chavales nos entregábamos a coleccionar cromos, de los jugadores de la liga de fútbol.
Antes no teníamos ni piscinas, ni casales de verano ni plays. No había muchas cosas que hacer y salvo alguno que fuera de vacaciones al pueblo, el resto nos quedábamos callejeando. Nos olvidamos por un tiempo de las canicas, el churro-mediamanga-mangotero , el beli, y otros juegos callejeros y solo nos dedicábamos a la cole de cromos
Entonces los sobres valían 1 peseta y salían 5 cromos. Las fotografías eran prácticamente las mismas cada año salvo que un año la posición era de pie y al siguiente agachados. Era la hora de recorrer las calles; ir al quiosco Ruiz, la Valenciana, Casa Machín. Los Pirri, Rexach, Gárate, Iribar, nos estaban esperando para ser pegados en el álbum.
Como no disponíamos de mucho dinero para comprar, la clave era ir cambiándolos. Te doy 20 por Gómez-Voglino, 15 por Gorriti, te cambio Carnevalli por Amancio; así hasta ir completándolos todos.
Mientras tanto íbamos rellenando el álbum, también nos dedicábamos a jugar con ellos. A mi el que más me gustaba era el de los montones. Se hacían dos montones y ganaba al que le salía el jugador con más letras. El chollo era García Fernández (15), mientras que los cocos eran Sol, Bua, Bio.
Cuando ya estábamos a punto de acabar, comenzaban a salir los “últimos fichajes”. Al principio eran difíciles de conseguir, porque en los sobres solían estar los cromos muy repetidos; a veces te salía el mismo cromo. Que rabia daba, porque encima no tenían nada de especial ni de bonitos. Era el mismo cromo salvo que los pintaban de manera muy cutre; Ramos del Español, le pintaban rojo sobre el blanco y ya era del Barça.
Por fin consigues el último cromo y ya te quedas tranquilo. Solo toca esperar al año que viene con las ilusiones renovadas y con la esperanza que puedas ser tu el que va de vacaciones, aunque sea al pueblo.
Eran otras épocas, en las que Pirri era Raúl y Rexach , Messi.
Davide González.
Antes no teníamos ni piscinas, ni casales de verano ni plays. No había muchas cosas que hacer y salvo alguno que fuera de vacaciones al pueblo, el resto nos quedábamos callejeando. Nos olvidamos por un tiempo de las canicas, el churro-mediamanga-mangotero , el beli, y otros juegos callejeros y solo nos dedicábamos a la cole de cromos
Entonces los sobres valían 1 peseta y salían 5 cromos. Las fotografías eran prácticamente las mismas cada año salvo que un año la posición era de pie y al siguiente agachados. Era la hora de recorrer las calles; ir al quiosco Ruiz, la Valenciana, Casa Machín. Los Pirri, Rexach, Gárate, Iribar, nos estaban esperando para ser pegados en el álbum.
Como no disponíamos de mucho dinero para comprar, la clave era ir cambiándolos. Te doy 20 por Gómez-Voglino, 15 por Gorriti, te cambio Carnevalli por Amancio; así hasta ir completándolos todos.
Mientras tanto íbamos rellenando el álbum, también nos dedicábamos a jugar con ellos. A mi el que más me gustaba era el de los montones. Se hacían dos montones y ganaba al que le salía el jugador con más letras. El chollo era García Fernández (15), mientras que los cocos eran Sol, Bua, Bio.
Cuando ya estábamos a punto de acabar, comenzaban a salir los “últimos fichajes”. Al principio eran difíciles de conseguir, porque en los sobres solían estar los cromos muy repetidos; a veces te salía el mismo cromo. Que rabia daba, porque encima no tenían nada de especial ni de bonitos. Era el mismo cromo salvo que los pintaban de manera muy cutre; Ramos del Español, le pintaban rojo sobre el blanco y ya era del Barça.
Por fin consigues el último cromo y ya te quedas tranquilo. Solo toca esperar al año que viene con las ilusiones renovadas y con la esperanza que puedas ser tu el que va de vacaciones, aunque sea al pueblo.
Eran otras épocas, en las que Pirri era Raúl y Rexach , Messi.
Davide González.